
Queridos amigos: Dado que a partir del próximo año esta carta ya no se enviará bajo el logotipo de Tres Soles sino de Índigo Sol, creemos necesario hacer un balance estadístico de los 32 años de trabajo continúo (1989–2021) en el proyecto Tres Soles. Dado que hemos creado un archivo de cada uno de los 217 niñas, niños y adolescentes que han vivido en la comunidad infanto-juvenil en diferentes momentos y durante diferentes períodos de tiempo, ha sido relativamente fácil, aunque por supuesto también ha llevado un tiempo, recopilar los siguientes datos:
Comunidad Infanto–Juvenil Tres Soles
- Del total de 217 niñas, niños y adolescentes, 158 eran varones (72,82%) y 59 mujeres (27,18%). Esta diferencia se explica por el hecho de que los padres, en realidad en su mayoría madres solteras, cuidan mejor a sus hijas que a sus hijos y quieren que se queden en sus casas por lo menos un tiempo más si es posible.
- Pudimos reintegrar a 87 niños y adolescentes (40,09%) –58 varones y 29 mujeres)– a sus familias, ya que vivir en familia es un derecho que les asiste, pero lo que a menudo fue un proceso largo y complicado. Este elevado porcentaje es, en realidad, la mejor prueba de que hemos cumplido plenamente con esta tarea, de acuerdo a las instrucciones del SEDEGES (ente estatal encargado del bienestar de la niñez y juventud), que en alguna ocasión nos reprochó de haber hecho muy poco al respecto.
- 58 niños y adolescentes (26,73%) –52 varones y 6 mujeres– abandonaron el proyecto antes de alcanzar la mayoría de edad. A primera vista, esta proporción (un poco más que una cuarta parte), también puede parecer elevada. Sin embargo, las razones que condujeron a ello fueron múltiples y no siempre dependieron de nosotros: muchos chicos nos fueron enviados por el SEDEGES o por las diferentes Defensorías municipales sólo por unas semanas o meses, para después encontrar otras soluciones que una internación definitiva en nuestro proyecto. Otros no conseguían acostumbrarse a una vida casera o a la asistencia regular a la escuela. Otros se peleaban con sus compañeros, no podían dejar el alcohol o las drogas, o simplemente querían recuperar la libertad de la que disfrutaban en la calle a pesar de toda la miseria.
- 54 jóvenes (24,89%) –38 chicos y 16 chicas– tuvieron que abandonar la comunidad infanto-juvenil (igualmente casi una cuarta parte del total) por haber alcanzado la mayoría de edad. La ley no permite que los mayores de 18 años vivan en un hogar para menores de edad.
- 66 jóvenes (30,41%) –48 varones y 18 mujeres – terminaron el bachillerato durante su estancia en Tres Soles, lo que significa que algunos de ellos lo hicieron antes de alcanzar la mayoría de edad. Sin el propósito de querer alabarnos, este hecho demuestra que hemos dado mucha importancia a la reinserción escolar y al apoyo escolar diario.
- 49 jóvenes adultos (22,58%) –33 varones y 16 mujeres– pudieron alcanzar una formación profesional o una capacitación técnica con nuestro apoyo tras abandonar la comunidad infanto-juvenil: 22 un formación manual o técnico, 3 una formación teatral y 8 un título universitario. Este porcentaje también demuestra que hemos hecho mucho hincapié en motivar a los jóvenes para que se formen profesionalmente, especialmente desde 2009, cuando nos hicimos cargo de la Residencia Estudiantil Luis Espinal, al que podían trasladarse los mayores de 18 años.
Programa de seguimiento a los exintegrantes de la Comunidad Infanto–Juvenil Tres Soles
- Entre 2020 y 2021, cuando se hizo evidente que la comunidad infanto-juvenil tendría que cerrarse, 17 niños y adolescentes (7,83%) –9 varones y 8 mujeres– fueron reubicados en hogares privados no estatales. Desde un año y medio se está realizando un programa de seguimiento para acompañarlos en este proceso, como ya hemos relatado en anteriores cartas circulares.
Residencia Estudiantil Luis Espinal
- En total, 63 jóvenes adultos –32 varones y 31 mujeres– pudieron realizar una formación técnica (19) o académica (44) en la Residencia Estudiantil Luis Espinal, donde también se aceptaron jóvenes mujeres y hombres de otros hogares y de familias de escasos recursos, además de los egresados de la comunidad infanto–juvenil, mediante un sistema de becas de estudio y alimentación. Los datos se refieren a los años 2009-2022.?Muchas veces este proyecto se consideraba secundario, pero en realidad era sumamente importante y exitoso, y probablemente único en su tipo en Bolivia, porque normalmente los proyectos infanto- juveniles o centros de acogida como se denominan oficialmente, consideran que su trabajo termina cuando las chicas y los chicos alcanzan la mayoría de edad. Por esta razón, la residencia estudiantil continuará bajo la personería jurídica de Índigo Sol en el mismo marco como se ha hecho hasta ahora.
Apoyo a Índigo Sol
- En lo que respecta al almuerzo y al apoyo escolar, podemos mencionar que entre 2021 y 2022 se beneficiaron un total 47 de niñas y niños –32 varones y 15 mujeres– de este programa. De este trabajo se hicieron cargo nuestra hija Stefanía y nuestro yerno Christian (Stefanía además es coordinadora de la residencia estudiantil y Christian es nuestro asesor jurídico). En la nueva página web, que está casi terminada gracias a la familia Heumann, se puede leer lo siguiente sobre Índigo Sol: “ Somos una no gubernamental sin fines de lucro que persigue evitar la institucionalización y la deserción escolar de las niñas y los niños, ayudándoles en el mejoramiento del desempeño escolar y su nutrición, potencializando su capacidad intelectual y sembrando en ellos la búsqueda de la superación constante, conjuntamente con actividades que estimulen sus capacidades y habilidades sociales – cognitivas.
Al final de esta carta vale la pena mencionar que muchos niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos llegaron donde nosotros con graves problemas de salud (tuberculosis, enfermedades de la piel y de transmisión sexual, desnutrición crónica, daños dentales, etc.), tanto las y los integrantes de la comunidad infanto-juvenil y de la residencia estudiantil. En todos los casos, recibieron atención médica y odontológica de forma adecuada y en partes costosas, porque lamentablemente el Estado tampoco aportó un centavo al respecto. A pesar de estos esfuerzos, en 2003 falleció un niño por un defecto congénito en una válvula del corazón, lo que supuso una experiencia muy traumática para nosotros.
An este lugar quisiera pedir disculpas, porque las cifras y los datos estadísticos suelen ser terriblemente secos y no siempre reflejan toda la dimensión del trabajo realizado, pero creo que se los debía a todas las personas que nos han apoyado fiel y desinteresadamente durante estos largos años. Lo que queda, y esto es lo más importante para nosotros, es que las vidas de todos estos chicos hayan sido influidas positivamente por su paso por el proyecto, en el marco de la solidaridad y del respeto que siempre les hemos brindado. Hemos relatado muchas de estas experiencias en nuestro sitio web (www.tres–soles.de), en nuestras cartas circulares y en mis dos libros sobre Tres Soles (Los chicos de Tres Soles y El proyecto Tres Soles), como un balance "humano", por así decirlo, que no puede hacerse mesurable con datos estadísticos. En este sentido, quiero dar muchas gracias a todos aquellos que comprenden nuestra situación y nos siguen apoyando moral y económicamente.
Un cordial saludo, Guisela y Stefan Gurtner
Para más información, visítennos en nuestra página web
www.tres-soles.de
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